martes, julio 19, 2005

 

Responsabilidad Social Empresarial y los Tsunamis

LA RSE Y LOS PEQUEÑOS TSUNAMIS



La responsabilidad social Empresarial (RSE), agrupa un conjunto de conceptos y orientaciones, que apuntan a incorporar dentro de la variables de gestión de la empresa, a su entorno, no sólo ambiental, sino social, en una lógica clara: la sustentabilidad de las empresas requiere ya no sólo de procesos eficientes, mano de obra competente o buenos productos a precios razonables, sino también de la integración de la comunidad en la cual ella está inserta .

Este nuevo elemento de gestión y de responsabilidad empresarial, no tiene su origen en una decisión humanitaria (o responsable) de los accionistas o dueños de la empresa, ni en una visión humanista de sus equipos directivos, sino que una vez más es gatillada por exigencias del mercado, es decir, por nosotros: personas individuales que agrupadas con muchas otras, en decisiones de consumo similares, conformamos lo que en economía conocemos como mercado. El consumidor del siglo XXI ha cambiado, dice el management, en un consumidor mas complejo de satisfacer, pero... ¿en dónde radica la esencia de esta complejidad, si en esencia somos las mismas personas?... Básicamente, en nuestro mayor acceso a la información, en nuestra interconexión de la cual nos pudimos dar cuenta cuando una mañana de enero, la ciudad entera del “Gran Concepción” llegó a los cerros escapando de un falso aviso de tsunami.

Es esa interconexión y el acceso a la información, la que está transformando al mundo. El consumidor de hoy exige, por que se informa más, conoce opciones y es más libre a la hora de decidir en qué gastar su dinero.

Que la información fluye y las noticias impactan rápido en los negocios lo pueden evidenciar los comerciantes de mariscos, afectados por las noticias de masivas intoxicaciones por consumir mariscos crudos, y a pesar de que se informa que no hay peligro en consumirlos cocidos ... ¿Ud. se atreve?. Las ventas están por el piso y muchos negocios ven compleja su posibilidad de continuar.

Eso nos lleva al Segundo factor de transformación; el miedo a resultar dañado, asociado al miedo, al daño, la responsabilidad del proveedor de Bienes o Servicios lo que ha llevado a una judicialización del reclamo, hoy los médicos no ordenan, recomiendan o sugieren al paciente tal o cual tratamiento y eso nos hace, como consumidores o compradores, volver a apoderarnos: “Yo tomo la decisión”, y al tomarla, me hago responsable de sus consecuencias.

Por tanto, la RSE es la respuesta de las empresas, y del management a las exigencias del cliente, el cual informado que reclama por sus derechos, que sabe de leyes, que no quiere productos tóxicos que dañen el medio ambiente, que respeten normas laborales de protección a la infamia...¿Cuántos de nosotros seguiríamos comprando las corbatas que compramos si ellas fuesen fabricadas usando pequeños trabajadores de 10 años de edad en India?.
Tal vez ninguno, pero no se olvide que la abolición de la esclavitud, en el mundo es un hecho de los últimos 200 años y que todavía de los 352 millones de niños y niñas entre 5 y 17 años que trabajan en el mundo, 180 millones (uno de cada 12) lo hace en situaciones de explotación, enfrentándose a las peores formas de trabajo infantil. Esto significa que realizan trabajos peligrosos, son sometidos a esclavitud o trabajos forzados, son reclutados por grupos armados o son utilizados para su explotación sexual comercial o para realizar actividades ilegales. El 97% de ellos pertenecen a países en desarrollo.

Entonces, la RSE es la reacción empresarial a un mundo exigente y a un mundo que en esencia es, o debiera ser, lo que las personas somos: buenas, a imagen y semejanza de Dios.

Tal vez sea ingenuo o utópico pensar en que la RSE sea un tema central para las empresas (al fin y al cabo ellas deben ganar dinero, para eso se crean), pero si producto de esta moda mi entorno se hace pues limpio, los operarios reciben mejores sueldos y mejor trato, bienvenida sea la moda!. Tal vez, en el futuro se ponga de moda pagar lo justo por la producción artesanal y por los productos microempresariales. Como decía un experto: “Tal vez los pobres prefieran que les paguen más por su artesanía, sus pescados y por su producción y no recibir tantas asesorías y transferencias, o sea pagar más por el pescado y menos ONG’s”. Sin criticar la labor de las ONG el gran desafío del futuro tiene relación con los precios y con los salarios, si queremos una sociedad más justa.

Ahora, para que esta moda sea sustentable requiere que nosotros los consumidores estemos dispuestos a pagar más por los bienes y servicios producidos por estas empresas (la RSE al final para la empresa es un costo, variable, pero costo) o al menos dejar de comprar los productos de quienes no se sumen a esta estrategia; invertir algo de tiempo en leer las etiquetas de los productos que compramos en el súper, tal vez, un par de pesos más en la cuenta del supermercado, eviten que un niño abandone el colegio o se explote un ser humano para hacer más rico a otro.

Ojalá producto de esta nueva moda, los niños del futuro, como se muestra en la foto tengan un mañana más alegre y mas humano.

Un abrazo,

Mauro

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